Los cultivadores de la música sagrada, dedicándose con renovado impulso a un sector de tan vital importancia, contribuirán a la maduración de la vida espiritual del pueblo de Dios (San Juan Pablo II).


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miércoles, 11 de enero de 2012

LA CUARESMA Y LA MUSICA LITURGICA

Por: P. Miguel A. Trinidad Fonseca


    Al tiempo de Navidad le sigue el Tiempo Ordinario, tiempo que se interrumpe el martes previa al Miércoles de Ceniza, día que marca el inicio de la Cuaresma. Con este tiempo penitencial la liturgia adquiere otra tónica y la música -obviamente- no puede ir en otra dirección. Para beneficio de nuestros ministerios de música comparto algunas cosas referentes a este tiempo penitencial de nuestra Iglesia:
     El tiempo de Cuaresma está ordenada a la preparación de la Pascua: la liturgia cuaresmal prepara…tanto a los catecúmenos (=los adultos que se preparan para ser bautizados) como a los fieles que recuerdan el bautismo y hacen penitencia (Normas universales sobre el año litúrgico –NUAL- 27). Su duración es desde el Miércoles de Ceniza hasta el Jueves Santo, antes de la Misa de la Cena del Señor. Se compone de cinco domingos más el Domingo de Ramos: unas seis semanas. El color litúrgico es el morado (=penitencia). La Cuaresma se divide en 3 etapas:

1.      Desde el Miércoles de ceniza hasta el sábado después de ceniza: tiempo que sirve de introducción para la Cuaresma.
2.      Las cinco semanas siguientes con sus respectivos domingos: los primeros dos domingos de Cuaresma siempre escuchamos los relatos de las tentaciones del Señor en el desierto y la transfiguración, respectivamente. Estas semanas constituyen el núcleo de la Cuaresma. La quinta semana tiene un carácter más penitencial y nos prepara para la...
3.      Semana Santa: Comienza el Domingo de Ramos y culmina el Domingo de Resurrección.


     Los cantos en las celebraciones (cuaresmales), y especialmente en la Misa, así como en los ejercicios piadosos, han de ser conformes al espíritu de este tiempo y corresponder lo más posible a los textos litúrgicos (NUAL 19). A la hora de seleccionar los cantos hay que tener este principio en cuenta. ¿Por qué no esforzarnos en aprender cánticos exclusivamente cuaresmales y dejar los demás para sus respectivos momentos? Así como los signos cuaresmales han de florecer en nuestros templos (manteles morados, ausencia de flores...) igualmente su música tiene que envolvernos en la mística de este tiempo penitencial. No olvidemos que en los domingos de Cuaresma no cantamos el himno del “Gloria”, aunque sí en las solemnidades de San José y la Anunciación. No cantamos el Aleluya en la Cuaresma, nosoquiera en las solemnidades mencionadas (Cf. NUAL 28). La Iglesia recomienda cantar las letanías de los santos como cántico de entrada en el primer domingo de Cuaresma, siguiendo la antiquísima tradición de las estaciones romanas, invocando a aquellos que se asociaron a la pasión de Jesús aquí en la tierra y ahora gozan eternamente en la Jerusalén del Cielo (Cf. NUAL 23).

     De Música Sacra 81 (Pío XII, del 1958) prohibió el uso de los instrumentos musicales en Cuaresma y Adviento. Músicam Sacram 66 (del 1967) permitió el uso de instrumentos musicales sólo para sostener el canto (o sea, no deben usarse si no es con las voces), excepto en el cuarto domingo de Cuaresma, fiestas y solemnidades que coincidiesen con este tiempo, en donde se puede recurrir a la música instrumental. Sería muy bueno, durante la Cuaresma, restringir el uso de instrumentos musicales al mínimo (quizás una guitarra), sólo para sostener el canto, por no proponer el eliminar los instrumentos musicales, convirtiendo esta eliminación temporera en un signo de austeridad penitencial en la liturgia misma y en un elemento pedagógico para la comunidad,  pues este signo está en función de la alegría que ha de caracterizar la Pascua. Si en Cuaresma tenemos cantos con muchos instrumentos y/o cantos que entonamos en cualquier momento del año, ¿qué diferencia estamos transmitiendo en nuestras liturgias entre la Cuaresma y el resto del año litúrgico? (Cf.  Ceremonial de Obispos 236). La austeridad cuaresmal ha de reflejarse también en la música.    

     Además de lo ya expuesto, comparto algunas ideas que muy bien podríamos poner en práctica.    

1.      Esforzarse por aprender cada año un cántico exclusivamente cuaresmal y enseñarlo a la asamblea.

2.      Tener cánticos del Ordinario (Señor, ten piedad; Santo; Cordero, etc.) y cánticos procesionales (entrada, ofertorio, comunión y salida) propios y exclusivos para la Cuaresma, de modo que sirvan de “indicadores” de la misma.

3.      Algunos liturgistas sugieren el no cantar el cántico de salida, como señal de penitencia. Es una posibilidad viable.

4.      El cuarto domingo de Cuaresma es conocido como el “Domingo Lætare” (del gozo). Sería bueno conseguir o componer algún cántico cuaresmal que toque el tema de la alegría. Cuaresma / Penitencia no es sinónimo de Tristeza. La Cuaresma nos lleva hacia la Pascua. En ese domingo, como ya expuse, podemos servirnos música instrumental y de música más festiva. Se trata de un anticipo de la Pascua.

 Que nuestro ministerio bien ejercido contribuya a una mejor vivencia de la Cuaresma.


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