Los cultivadores de la música sagrada, dedicándose con renovado impulso a un sector de tan vital importancia, contribuirán a la maduración de la vida espiritual del pueblo de Dios (San Juan Pablo II).


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miércoles, 4 de enero de 2012

La musicalización de los textos litúrgicos

Hace poco un compañero sacerdote me comentaba que estaba orientando a los coros de su parroquia en lo tocante a los textos litúrgicos del ordinario de la Misa (las partes invariables: Gloria, Santo, Padrenuestro…) pero no conocía en qué documentos de la Iglesia se habla del tema. Ciertamente una de las grandes fallas en nuestros ministerios musicales es la de admitir en sus repertorios cantos como el Gloria, Credo, Santo, Padrenuestro o del Cordero con sus textos litúrgicos alterados, o simplemente sustituidos.  En este artículo presento los que nos dice la Iglesia en sus principales documentos litúrgicos sobre la inalterabilidad de los textos litúrgicos.

     El papa San Pío X, en su “motu proprio” Tra le sollecitudini (8 y 9) nos dice: Estando determinados para cada función litúrgica los textos que han de ponerse en música y el orden en que se deben cantar, no es lícito alterar este orden, ni cambiar los textos prescriptos por otros de elección privada, ni omitirlos enteramente o en parteEl texto litúrgico ha de cantarse como está en los libros, sin alteraciones o posposiciones de palabras, sin repeticiones indebidas, sin separar sílabas, y siempre con tal claridad que puedan entenderlo los fieles.

     La Constitución “Sacrosanctum Concilium” 22 §3 afirmó: …que nadie, aunque sea sacerdote, añada, quite o cambie cosa alguna por iniciativa propia en la liturgia. La Tercera Instrucción general para aplicar debidamente la “Sacrosanctum Concilium”, llamada “Liturgicæ instaurationes” nos dice: Debe tenerse también gran respeto a los textos compuestos por la Iglesia. A nadie está permitido cambiar, sustituir, quitar o añadir algo a su arbitrio. Con particular interés ha de respetarse el Ordinario de la misa. Las fórmulas que contiene en modo alguno podrán ser alteradas al hacerse las versiones oficiales, ni siquiera con pretexto del canto de la misa (3a).

     Los Obispos de Puerto Rico, en su Carta Pastoral en torno a la Música Sagrada, explican muy bien el problema aún existente en nuestros ministerios musicales:  Para hacer conformar el texto a melodías ya existentes, los compositores aficionados no dudan en alterar o aun omitir partes del texto litúrgico, hasta del Ordinario. Así se cantan versiones del “Gloria” con letra que no corresponde al texto oficialmente aprobado por la Santa Sede, del “Credo” al cual le faltan artículos de la fe, del “Sanctus”  en el cual se ha omitido: «Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.» Estos casos son sólo a modo de ejemplo, pues no son éstas las únicas violaciones de las leyes litúrgicas en este punto. Esos ejemplos son casos patentes de violación del principio de que la función principal de la música sagrada es revestir el texto litúrgico con una melodía apropiada para hacer el texto más eficaz, de modo que los fieles sean movidos a mayor devoción y se tornen más dispuestos a recoger los frutos de gracia que vienen de los sagrados misterios (21). En la musicalización de los textos litúrgicos, ya sean estos del Propio o del Ordinario de la misa, dichos textos han de tomarse, íntegramente y sin alteración alguna, de la versión típica en español del Misal Romano, aprobada por la autoridad competente para su uso en la Provincia eclesiástica de Puerto RicoProhibimos terminantemente el uso en la santa misa de versiones mutiladas del «Gloria», del «Credo», del «Santo» y «Bendito» y del «Cordero de Dios» -sin que esta lista pretenda ser exhaustiva- en contravención de las normas de la Instrucción Liturgicae instaurationes (29).

     En mis charlas a los coros parroquiales suelo presentar un sencillo ejemplo: Un sastre le hace un traje a una novia, pero le queda grande. ¿A qué sastre se le ocurriría decirle a la novia que se haga una cirugía para que se ajuste al traje? Obviamente el sastre ajusta el traje a la novia. Lo mismo pasa con los textos litúrgicos: no podemos alterarlos caprichosamente para ajustarlos a la música o por otros motivos, pues los textos litúrgicos expresan la fe de la Iglesia: son oración oficial de la Iglesia. Así como yo no puedo cambiar el texto de un himno nacional, tampoco puedo cambiar o alterar los textos de la liturgia. El buen compositor litúrgico se ajusta a los textos: no los altera para ajustarlos a SU música. Sugiero que los ministerios musicales revisen sus “Gloria”, “Santo”, “Padrenuestro” y “Cordero” (y “Credo”, si tienen) y estén pendiente si se ajustan a los textos oficiales contenidos en el Misal Romano.  Esa revisión sería de gran ayuda al enoblecimiento de nuestras celebraciones litúrgicas. No olvidemos que la liturgia no es nuestra, sino de la Iglesia, y como ministros cualificados, estamos a su servicio. Para mayor gloria de Dios…

Para ayudar a la revisión que sugiero les presento a modo de apéndice los textos litúrgicos de las partes del Ordinario de la Misa (excepto el Credo):


Señor, ten piedad (Kyrie)

Señor ten piedad.
- Señor ten piedad.
Cristo ten piedad.
- Cristo ten piedad.
Señor ten piedad.
- Señor ten piedad.





Gloria

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.

Santo (Sanctus)

Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.


Padrenuestro (Paternoster)

Padre nuestro que estás en el cielo santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.


Cordero de Dios (Agnus Dei)

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.


NO LE HAGAMOS CIRUGIAS A LA NOVIA.... AJUSTEMOS SU TRAJE....









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